María era de esas personas que deben de tener un don para correr, con poco que hiciera mejoraba mucho.
Ni ella se hubiera imaginado que fuese tan buena. Jugaba al fútbol de pequeña, pero una vez empezó a trabajar y formó una familia, dejó el ejercicio. Tras unos años empezó a correr, estaba acostumbrada y le gustaba, ganaba algunas carreras y varias marcas le patrocinaban.
Había logrado uno de sus sueños. Estaba en la cima.
En la preparación de su siguiente carrera, notó que no llegaba a igualar sus mejores tiempos. Pensó que quizás se estaba exigiendo mucho, pero confiaba en lo que llevaba haciendo estos años. No seguía una planificación concreta pero se guiaba por sus instintos que usaba con buenos resultados, pero en esta ocasión no iba como esperaba y sus competidoras le copiaban los entrenamientos que compartía en redes sociales.
Semanas antes de la carrera más importante de esa temporada, María sabía que algo no iba bien, pero había mucho en juego así que no quiso parar y mirar que pasaba con su entrenamiento, no quiso mirar que le pasaba a ella.
Lo pasó tan mal ese día que casi no cruza la línea de meta.
María hizo muchas cosas bien, pero también cometió muchos errores. Ese fue el día que se dio cuenta que tenía que empezar de cero.
Puede que esto te ayude.
Que pases un buen día.
Si te ha gustado, comparte esto con tus amigos.