Hay mucha gente que tiene trabajos sedentarios, se pegan horas sentados o en las mismas posturas.
La gran mayoría tienen la idea romántica de hacer ejercicio y piensan que salir a correr es lo más fácil (que lo es), pero no se dan cuenta que es complejo.
Implica el coordinar muchos patrones de movimiento, respiración y activación muscular.
Entonces un día se ponen un chándal y salen a correr.
Incluso llegan a una semana.
Si no se ha cansado ya, con suerte hace dos… hasta que se lesionan
Luego viene la queja, son las zapatillas, es que hacía frío, es que no había calentado mucho ese día…
Cuando empecé yo era de esos que se lesionan. Por pensarme más listo, más cabezón, más fuerte… pero no.
Aquí el tema está en que la constancia gana.
Puedes quejarte o puedes pensar si has hecho más de lo que tu cuerpo es capaz de soportar, dejar que tus expectativas se pongan a un lado y hacer menos.
Incluso puedes seguir un plan de entrenamiento muy básico para que te vayas acostumbrando, sobre todo tus articulaciones y tendones.
Quizás lo que necesitas es bajar primero de peso y unos meses después empezar a incorporar un entrenamiento más aeróbico.
Y eso por un lado cabrea y por otro asusta.
Enfrentarte a la posibilidad de que necesitas hacer más y aún así no ver resultados en mucho tiempo.
Cada día, cada fin de semana, cada momento que tengo procuro estar en movimiento, entrenar. Hacer un poco cada día.
En la nueva guía que estoy preparando te explicaré lo que he estado haciendo recientemente para aumentar mi ritmo corriendo y bajar las pulsaciones.
Veo que hay mucha gente que tiene una ventaja genética que con la mitad del trabajo consigue mejores resultados, pero para el resto de los mortales como nosotros la alternativa es otra.
Cada día dedico un rato a sintetizar las ideas para que sean lo más sencillas de entender y aplicar para que solo sea cuestión de tiempo que logres estar en mejor forma.
La persona que no está en esta lista se lo pierde para siempre.